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domingo, 19 de septiembre de 2010

Somos

Otra esperanza perdida en nuestro caminar. Batido por el viento, soñando libertad, se fue José Antonio Labordeta.



Somos
como esos viejos árboles
batidos por el viento
que azota desde el mar.

Hemos
perdido compañeros
paisajes y esperanzas
en nuestro caminar.

Vamos
hundiendo en las palabras
las huellas de los labios
para poder besar

tiempos
futuros y anhelados,
de manos contra manos
izando la igualdad.

Somos
como la humilde adoba
que cubre contra el tiempo
la sombra del hogar.

Hemos
perdido nuestra historia
canciones y caminos
en duro batallar.

Vamos
a echar nuevas raíces
por campos y veredas,
para poder andar

tiempos
que traigan en su entraña
esa gran utopía
que es la fraternidad.

Somos
igual que nuestra tierra
suaves como la arcilla
duros del roquedal.

Hemos
atravesado el tiempo
dejando en los secanos
nuestra lucha total.

Vamos
a hacer con el futuro
un canto a la esperanza
y poder encontrar

tiempos
cubiertos con las manos
los rostros y los labios
que sueñan libertad.

Somos
como esos viejos árboles.

José Antonio Labordeta, anoche, nos dejó más solos



Anoche, 19 de septiembre de 2010, se fue José Antonio Labordeta, sin haber visto la tierra por él soñada y prometida, esa tierra que ponga LIBERTAD. Volvemos a traer aquí el canto que ya presentamos en otra ocasión en este mismo blog:



Habrá un día en que todos
al levantar la vista
veremos una tierra
que ponga LIBERTAD

Hermano, aquí mi mano
será tuya en mi frente
y tu gesto de siempre
caerá sin levantar
huracanes de miedo
ante la LIBERTAD

Haremos el camino
en un mismo trazado
uniendo nuestros hombros
para así levantar
a aquellos que cayeron
gritando LIBERTAD

Habrá un día en que todos
al levantar la vista
veremos una tierra
que ponga LIBERTAD

Sonarán las campanas
desde los campanarios
y los campos desiertos
volverán a granar
unas espigas altas
dispuestas para el pan

Para un pan que en los siglos
nunca fue repartido
entre todos aquellos
que hicieron lo posible
por empujar la historia
hacia la LIBERTAD.

Habrá un día en que todos
al levantar la vista
veremos una tierra
que ponga LIBERTAD

También será posible
que esa hermosa mañana
ni tú, ni yo, ni el otro
la lleguemos a ver,
pero habrá que empujarla
para que pueda ser.
Que sea como un viento
que arranque los matojos
surgiendo la verdad
y limpie los caminos
de siglos de destrozos
contra la LIBERTAD.

Habrá un día en que todos
al levantar la vista
veremos una tierra
que ponga LIBERTAD.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Palabreo de la Loca Luz Caraballo

Los deditos de tus manos,
                los deditos de tus pies:
           uno, dos, tres, cuatro, cinco,
          seis, siete, ocho, nueve, diez.

                       Anónimo venezolano

De Chachopo a Apartadero
caminas, Luz Caraballo,
con violeticas de mayo,
con cameritos de enero;
inviernos del ventisquero,
farallón de los veranos,
con fríos cordilleranos,
con riscos y ajetreos,
se te van poniendo feos
los deditos de tus manos.

La cumbre te circunscribe
al solo aliento del nombre,
lo que te queda del hombre
que quién sabe dónde vive;
cinco años que no te escribe,
diez años que no lo ves,
y entre golpes y traspiés,
persiguiendo tus ovejas,
se te van poniendo viejos
los deditos de tus pies.

El hambre lleva en sus cachos
algodón de tus corderos,
tu ilusión cuenta sombreros
mientras tú cuentas muchachos;
una hembra y cuatro machos,
subida, bajada y brinco,
y cuando pide tu ahínco
frailejón para olvidarte,
la angustia se te reparte;
uno, dos, tres, cuatro, cinco.

Tu hija está en un serrallo,
dos hijos se te murieron,
los otros dos se te fueron
detrás de un hombre a caballo.
«La Loca Luz Caraballo»
dice el decreto del Juez,
porque te encontró una vez,
sin hijos y sin carneros,
contandito los luceros:
... seis, siete, ocho, nueve, diez...

Andrés Eloy Blanco (poeta venezolano)