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martes, 23 de diciembre de 2008

Uno

El anterior poema de Miguel Hernández
me hizo recordar la letra de este tango, cuya letra
pertenece a Enrique Santos Discépolo, quien murió
un 23 de diciembre.


(Canta Hugo del Carril,argentino, también
director cinematográfico, actor,
y guionista.)



Uno busca lleno de esperanzas
el camino que los sueños
prometieron a sus ansias.
Sabe que la lucha es cruel y es mucha
pero lucha y se desangra
por la fe que lo empecina...
Uno va arrastrándose entre espinas
y en su afán de dar su amor
sufre y se destroza hasta entender
que uno se ha quedao sin corazón...
Precio de castigo que uno entrega
por un beso que no llega
o un amor que lo engañó...
¡Vacío ya de amar y de llorar
tanta traición!

Si yo tuviera el corazón...
(el corazón que di...)
Si yo pudiera como ayer
querer sin presentir...
Es posible que a tus ojos
que me gritan tu cariño
los cerrara con mis besos...
Sin pensar que eran como esos otros ojos,
los perversos, los que hundieron mi vivir.
Si yo tuviera el corazón...
(El mismo que perdí...)
Si olvidara a la que ayer
lo destrozó y... pudiera amarte..
me abrazaría a tu ilusión
para llorar tu amor...

Pero, Dios te trajo a mi destino
sin pensar que ya es muy tarde
y no sabré cómo quererte...
Déjame que llore
como aquel que sufre en vida
la tortura de llorar su propia muerte...
Pura como sos habrías salvado
mi esperanza con tu amor...
Uno está tan solo en su dolor...
Uno está tan ciego en su penar....
Pero un frío cruel
que es peor que el odio
-punto muerto de las almas,
tumba horrenda de mi amor-
maldijo para siempre y me robó...
toda ilusión...


Música: Mariano Mores


lunes, 22 de diciembre de 2008

Hoy estoy sin saber yo no sé cómo

Hoy estoy sin saber yo no sé cómo 
hoy estoy para penas solamente, 
hoy no tengo amistad, 
hoy sólo tengo ansias 
de arrancarme de cuajo el corazón 
y ponerlo debajo de un zapato. 
Hoy reverdece aquella espina seca, 
hoy es día de llantos en mi reino, 
hoy descarga en mi pecho el desaliento 
plomo desalentado. 

No puedo con mi estrella, 
y me busco la muerte por las manos 
mirando con cariño las navajas, 
y recuerdo aquel hacha compañera, 
y pienso en los más altos campanarios 
para un salto mortal serenamente. 

Si no fuera ¿por qué? no se por qué, 
mi corazón escribiría una postrera carta, 
una carta que llevo ahí metida, 
haría un tintero de mi corazón, 
una fuente de sílabas, de adioses y regalos, 
y ahí te quedas, al mundo le diría. 

Yo nací en mala luna. 
Tengo la pena de una sola pena 
que vale más que toda la alegría. 

Un amor me ha dejado con los brazos caídos 
y no puedo tenderlos hacia más. 
¿No veis mi boca qué desengañada, 
que inconformes mis ojos? 

Cuanto más me contemplo más me aflijo: 
cortar este dolor ¿con qué tijeras? 

Ayer, mañana, hoy 
padeciendo por todo 
mi corazón, pecera melancólica, 
penal de ruiseñores moribundos. 

Me sobra el corazón. 

Hoy descorazonarme, 
yo el más descorazonado de los hombres, 
y por el más, también el más amargo. 
No sé por qué, no sé por qué ni cómo 
me perdono la vida cada día.

Miguel Hernández

sábado, 20 de diciembre de 2008

Los cuentos completos de Haroldo Conti



El escritor (era muchas cosas más, elogiables todas) chacabuquense Haroldo Conti  es uno de los habitantes de este blog, como puede comprobarse a través de la correspondiente etiqueta que lo indiza.

Sus cuentos completos se han editado este año por la editorial Bartleby (Madrid). Recomendamos leer los comentarios sobre el libro que hallarán en el enlace que sigue:



Los hermanos Einstein




Los papás de Einstein tuvieron dos hijos varones. Uno era muy muy sabio, y 
el otro era muy muy, pero que muy feo, y le pusieron por nombre Frank. 

viernes, 19 de diciembre de 2008

Mi corazón se abre con tu voz (música de Camille Saint-Saëns)



Esta es una de mis arias favoritas.

Esta es una de mis cantantes favoritas.

Contrariando el estilo usualmente responsable del blog, no voy a reproducir por completo el texto.
Es sabido que las óperas no se caracterizan por letras brillantemente literarias. Inversamente, suelen abundar los lugares comunes. "Sansón y Dalila" de Camille Saint-Saëns sigue la norma.
Pero aquí hay algunos versos destacables, sobre todo porque conjugan con la extraordinaria música. La situación dramática nos muestra a Dalila en los momentos previos a provocar la pérdida de la fuerza de Sansón.
Menciono: "Mon coeur s'ouvre à ta voix" (que da nombre al aria) y "Verse-moi, verse-moi l'ivresse!" (un literal e intenso "¡Derrámame, derrámame la embriaguez!", traducible como "¡Derrama en mí la embriaguez!", o un libre "¡Entrégame a la embriaguez!").
Como se ve, los ejercicios de traducción de Pneuma son muy inspiradores...


Canta Jessye Norman

(Creo que hay que reconocer que la música de Saint-Saëns embellece cualquier verso.)

Quienes deseen leer el texto del aria, consulten
aquí

El arte de los navegantes


Yet I will use the navigators art
to plot a course through islands of despair,
And I will trust the compass of my heart
to choose a heading caution wouldn't dare.

A Sailor

Seguiré empleando el arte de los navegantes
para trazar una ruta a través de islas de desesperanza,
Y confiaré en la brújula de mi corazón
para elegir un rumbo que la precaución evitaría. 

Un marinero

(La traducción es mía, así que ojito). 

La imagen corresponde a una ilustración de Gustave Doré del libro The Rime of the Ancient Mariner, del poeta Samuel Taylor Coleridge. 

jueves, 18 de diciembre de 2008

El café irlandés y el reclamo del oleaje


Vengo de acompañar a una preciosa joven que casualmente es mi hija. Hemos terminado recalando en una taberna irlandesa, donde he pedido, por razones de mimetismo tan sólo (por el ambiente tabernario lo digo, no por mi hija, malpensados), un café irlandés (bueno, un "Irish coffee" o, más exactamente, un "Caife Gaelach").

En las paredes pude observar, no me fijé en si enmarcados a modo de cuadros o simplemente escritos sobre ellas, algunos poemas o textos alusivos al mar. Como el alcohol tiene razones que el corazón desconoce, me gustaron dos de ellos, de los cuales presento aquí al primero. Y en este rincón permanecerá al menos hasta que desaparezcan los vapores etílicos.
  
I must go down to the seas again,
for the call of a running tide
is a wild call and a clear call
that may not be denied;

John Masefield 

o sea (más o menos):

Debo internarme de nuevo en los mares,
pues la llamada de una marea en progreso
es una llamada violenta y nítida
que no puede ser desatendida;


John Edward Masefield (1878 --1967) es un reconocido poeta inglés. Es muy probable que los versos anteriores sean un fragmento de su poema Sea-Fever, contenido en sus Saltwater Ballads.

La imagen reproduce un óleo de Turner, The Shipwreck (El naufragio). Ya traeremos alguna de sus acuarelas por aquí, no se me impacienten. 

martes, 16 de diciembre de 2008

Dime que sí

Hoy cumple años Rafael Alberti, uno de los lazos que me anudan a España.

Aquí, un poema con ritmo de olas, muy adecuado para salvarme de esta ígnea Buenos Aires.


Dime que sí,
compañera,
marinera,
dime que sí.

Dime que he de ver la mar,
que en la mar he de quererte.
Compañera,
dime que sí.

Dime que he de ver el viento,
que en el viento he de quererte.
Marinera,
dime que sí.

Dime que sí,
compañera,
dime,
dime que sí.

Rafael Alberti

sábado, 13 de diciembre de 2008

I ricordi della sera


I ricordi della sera, bella canción italiana de 1961, por el Cuarteto Cetra (dos de los integrantes son los autores).

E' scesa malinconica la sera,
puntando in cielo un riflettore blu,
gettando una manciata di stelline
lassù!E' l'ora in cui riaffiorano i ricordi
di un'epoca che non esiste più...
un vecchio calendario getta i fogli
quaggiù!Ogni cosa di allor
può così ritornar
col vestito di quei tempi,
per brindar!Il mondo non aspetta che la sera
per presentare il suo stupendo "show"
sul grande palcoscenico dei sogni,
al lume di un romantico "abat-jour"...Se ti piacer sognar
chiudi gli occhi anche tu
così... così... così...

Letra y música: G. Giacobetti - A.V. Savona


viernes, 12 de diciembre de 2008

La vida

La vida, de Silvio Rodríguez. Esta canción da nombre también al reciente disco de Ainhoa Arteta, dedicado al recuerdo de su madre. La última canción del disco es justamente La vida, la canción preferida de su madre. 

Como soprano acostumbrada a cantar con la técnica de impostación de la voz, para este disco Ainhoa hubo de esforzarse especialmente en apoyar la voz en la garganta, para evitar que la perfección lírica produjera el resultado de un alejamiento sentimental de las canciones. En la medida en que pueda valer nuestro juicio, el logro es perfecto. La canción Ne me quitte pas, de Jacques Brel, transmite un sentimiento muy profundo, más cuando se piensa que esta tan bella canción de amor está también dedicada a su madre. 


La vida de un pájaro en vuelo
la vida de un amanecer
la vida de un crío
de un bosque y de un río
la vida me ha hecho saber.

La vida del sordo y del ciego
la vida que no sabe hablar
la del triste loco
la que sabe a poco
la vida me ha hecho soñar.

La vida voraz que se enreda
la vida que sale a jugar
la vida consciente que queda
la vida que late en el mar.

La vida que brota de un muerto
la vida que no se murió
la de los desiertos
la de un libro abierto
la vida me ha hecho cual yo.

La vida que alumbra en el trueno
la vida final de un adiós
la vida goteando de un seno
la vida secreta de un dios.

La vida que pende de todo
la vida de cada emoción
la vida en exceso
la vida de un beso
la vida me ha hecho canción.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Lágrimas en el cielo


Tears in heaven fue la entrañable canción que Eric Clapton dedicó a la memoria de su hijo, muerto cuando contaba cuatro años de edad, al caer desde su apartamento en el piso 53 de un rascacielos de Nueva York. 

El álbum Unplugged fue editado en 1992, e incluye la versión acústica de "Tears in heaven".

Would you know my name 
If I saw you in heaven 
Will it be the same 
If I saw you in heaven 
I must be strong, and carry on 
Cause I know I don't belong 
Here in heaven 

Would you hold my hand 
If I saw you in heaven 
Would you help me stand 
If I saw you in heaven 
I'll find my way, through night and day 
Cause I know I just can't stay 
Here in heaven 

Time can bring you down 
Time can bend your knee 
Time can break your heart 
Have you begging please 
Begging please 

(instrumental) 

Beyond the door 
There's peace I'm sure. 
And I know there'll be no more... 
Tears in heaven 

Would you know my name 
If I saw you in heaven 
Will it be the same 
If I saw you in heaven 
I must be strong, and carry on 
Cause I know I don't belong 
Here in heaven 

Cause I know I don't belong 
Here in heaven 


<<>>>>>>>>>>>>>>>>
¿Sabrias mi nombre si te viera en el cielo? 
¿Sería lo mismo 
si te viera en el cielo? 
Debo ser fuerte y continuar, 
Porque sé que no puedo estar 
aquí en el cielo.  
¿Me tomarías de la mano si te viera en el cielo? 
¿Me ayudarias a recuperarme si te viera en el cielo? 
Buscaré mi vía, de noche y día, 
Porque sé que no puedo quedarme 
aquí en el cielo. El tiempo puede tumbarte, 
El tiempo puede doblar tus rodillas, 
El tiempo puede romperte el corazón, 
tienes que estar aqui por favor, 
estar aquí por favor
Más allá de la puerta 
hay paz, estoy seguro y sé que no habrá más 
lágrimas en el cielo. ¿Sabrias mi nombre si te viera en el cielo? ¿Sería lo mismo si te viera en el cielo? Debo ser fuerte y continuar, Porque sé que no puedo estar aquí en el cielo. Porque sé que no puedo estar aquí en el cielo.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

El humilde haiku

El haiku


Es un suspiro:
para todo un poema
sólo tres versos. 


martes, 9 de diciembre de 2008

Primavera portátil

Primavera portátil

Aquellos dos tenían una flamante primavera portátil.
Ah era muy divertido verlos cruzar la calle con aquel armatoste cubriéndolos como una pajarera o un enorme paraguas.

A veces resultaban francamente molestos. Como cuando viajaban en el subte por ejemplo, y le metían a uno un pedazo de octubre en las narices, sin pedirle disculpas para nada.

Otras veces en medio de una oficina pública, o en una exposición de filatelia, para dar otro ejemplo, se movían y hacían un incalificable desparramo de perfumes, glicinas, abejorros, pereza, cielos de no creer, o tontas palabritas que después iban y venían volando como moscas, hasta que se posaban muy orondas en algún portafolios.

Para colmo andaban contentísimos con su armatoste parecido a una campana o a una nube, y como hasta el mismísimo invierno se mostraba respetuoso y paciente frente a aquella absurda primavera portátil, los dos se creían que eran absolutamente inmortales.

Un buen día desaparecieron. Según se cree, al final de un verano, al armatoste le dio por seguir a una bandada de golondrinas que se dirigía hacia el norte, y naturalmente arrastró a aquellos dos como si se los llevara una cápsula géminis.

Otros en cambio dicen que el armatoste un día se esfumó, se derritió, se desarmó o algo así. Que entonces los dos sintieron frío y se miraron y se miraron largo tiempo, sin conocerse en absoluto. Y que tuvieron tanto miedo al verse así desnudos, extraños y mortales, que salieron corriendo, uno para un lado y otro para el otro, hasta que se perdieron nadie sabe dónde.


Humberto Costantini

Nota: Aquellos que en el hemisferio norte creen tener la cabeza sobre los hombros, bueno es que recuerden que las estaciones en el hemisferio sur (Costantini es argentino --era, siempre pienso a los poetas en presente--) andan también cabeza abajo (siempre en relación con los que creen tener la cabeza sobre los hombros, no vaya a ser que se interprete como un guiño peyorativo), y por eso en octubre es primavera y por eso también las golondrinas vuelan al norte al final del verano.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Tarea

Tarea

Han de saber
que cuando en la oficina no hay trabajo,
yo trabajo,
trabajo como un negro,
sudo tinta,
ando detrás de pájaros azules,
me meto en grandes líos con los sueños,
me desangro en palabras,
salgo a cazar ballenas y crepúsculos,
domestico elefantes
(hay que ver qué furor el de la selva)
le explico al faraón cosas del tiempo,
hago el amor a veces,
lucho con los zulúes cuerpo a cuerpo,
tengo que abrirme paso en un perfume,
volver para las doce,
morirme,
andar recuerdos.
Tengo que hablar con Dios,
volverme loco,
lanzar varias proclamas de justicia,
escapar de la hoguera,
vestirme de jamás para un entierro.
No descanso ni un minuto,
me doy un gran trajín con las cigarras,
me cito con Lenin y arreglo el mundo,
llamo a larga distancia,
digo anote en mi agenda: Nazareno,
trato cosas del aire con gaviotas,
compro verdes, azules, amarillos
y los despacho por expreso al cielo.
Hago arreglo con nubes,
firmo tardes de otoño con llovizna,
corro a cambiar estrellas que andan flojas,
promuevo madreselvas,
dicto inviernos...

cuando el jefe me mira y dice ejem,
ya que usted no hace nada y tiene tiempo...

Humberto Costantini

domingo, 7 de diciembre de 2008

¡BOM! ¡BIM! ¡BAM! y golondrinas

¡BOM! ¡BIM! ¡BAM! y golondrinas

José González,
segundo auxiliar de Contaduría,
lleva el portafolios lleno de granadas de mano.
Mira pensativamente el subterráneo de las 7 y 45
y ¡BOM! ¡BIM! ¡BAM!

Después, al entrar en su oficina,
ve el auto del gerente estacionado en la puerta,
y ¡PJJJ! ¡CHFFF! ¡BOOOOOOOMMM!!
porque el señor González
lleva también algún bazooka en el portafolios,
por las dudas.

Cuando el gerente le pide las planillas,
él dice sí señor y sí señor,
pero cuando el gerente se da vuelta
¡RAT-TA-TA-TA-TA-TA-TA!!!
y las cabezas de todos los gerentes del mundo
vuelan en pedacitos
por el luminoso cielo de setiembre
como si fueran golondrinas.


Humberto Costantini

sábado, 6 de diciembre de 2008

Inmortalidad

Inmortalidad

Ocurre simplemente que me he vuelto inmortal.
Los colectivos me respetan,
Se inclinan ante mí,
Me lamen los zapatos como perros falderos.

Ocurre simplemente que no me muero más.
No hay angina que valga,
No hay tifus, ni cornisa, ni guerra, ni espingarda,
Ni cáncer, ni cuchillo, ni diluvio,
Ni fiebre de Junín, ni vigilantes.
Estoy del otro lado.
Simplemente, estoy del otro lado,
De este lado,
Totalmente inmortal.

Ando entre olimpos, dioses, ambrosías,
Me río, o estornudo, o digo un chiste
Y el tiempo crece, crece como una espuma loca.

Qué bárbaro este asunto
De ser así, inmortal,
Festejar nacimiento cada cinco minutos,
Ser un millón de pájaros,
Una atroz levadura.
Qué escándalo caramba
Este enjambre de vida,
Esta plaga llamada con mi nombre,
Desmedida, creciente,
Totalmente inmortal.

Yo tuve, es claro, gripes, miedos,
Presupuestos,
Jefes idiotas, pesadez de estómago,
Nostalgias, soledades,
Mala suerte…
Pero eso fue hace un siglo,
veinte siglos,
cuando yo era mortal.
Cuando era
Tan mortal,
Tan boludo y mortal,
Que ni siquiera te quería,
Date cuenta.


Humberto Costantini

viernes, 5 de diciembre de 2008

La puerta y la reja

LA PUERTA Y LA REJA

(Capricho poético)

Sabedlo, lectores, en cierta calleja,

existe una casa muy grande y muy vieja

do vive una niña de rubia guedeja,

que al sol se asemeja;

la luz de sus ojos las sombras despeja,

a todos los hombres heridos los deja

y no exhalan queja

pues es bella y pura cual cándida oveja.

 

Cuida de ella un aya, astuta vulpeja,

de mondas encías, rugosa pelleja,

enjuta de carnes, fruncida de ceja,

que a la jovencita con arte maneja,

de todos la aparta, del mundo la aleja,

y crece hacendosa, melífica abeja.

 

Pero, hace unos días, su rostro refleja

insólito tedio. La anciana corneja

abre bien los ojos y aguza la oreja,

perdió su risilla de falsa coneja,

mil planes bosqueja

y nada averigua; mas ella no ceja.

 

Nota que la niña suspira y se queja

¿qué daño le aqueja?

¿su herida es reciente? ¿su pena es añeja?

No sabe qué tiene... se encuentra perpleja...

Mas ¡ay! cierta noche miró a la calleja

y vio un estudiante con capa y con teja

pegado a los muros, cual lapa o almeja,

y tras la ventana..., ¡la cándida oveja!

 

Bajó presurosa con su candileja;

pero ya en la casa ni en la calle aneja

no estaba la dama, ni el que la corteja;

no quedaba huella de la tal pareja.

La dueña, de torpe y de ruin se moteja;

su viejo cerebro nada le aconseja.

Y, al ver el enredo de aquella madeja,

recuerda, apenada, cierta moraleja:

 

Si guardas la puerta, dice la conseja,

Cupido, travieso, se entra por la reja;

que Amor entra siempre, pues tal se maneja

que no le detiene madera ni hierro, ladrillo ni teja.

Augusto BILBILIS

23 enero 1918.

                                                                                                      

Valentín Fausto Navarro Azpeitianotario que fue de Barcelona y Madrid, ilustre bilbilitano, gozó desde muy joven de cierta facundia poética impregnada de ingenio. Durante años publicó en la prensa local de su ciudad, Calatayud, infinidad de versos, coplas y jotas baturras bajo el seudónimo de Augusto Bílbilis. La anterior es una muestra de su ingeniosa vena poética.

 

miércoles, 3 de diciembre de 2008

ESTA HOJA

ESTA HOJA

Esta hoja de marfil y su bastón de arena
que sabe del vuelo legendario de puentes y
de remolinos, de los altos adioses que cometen
las plateadas golondrinas.

Por la ciudad que cruza el juego de sus lunas
de fiesta, saciada de esquinas y de puertas,
y el naipe del dolor persigue y se
despierta del sueño de sus torres.

El hombre que se hunde en el ojo de su espejo,
el hombre que se enfrenta con el cielo,
navega en la palabra sus hábitos de cuento
y de infinito.

y la pared que se levanta siempre
para recordarnos
nuestra lucha diaria con la muerte.



Aún es otoño,
por algunos días más será otoño,
algunas canciones son inmensamente blancas,
no me hagas recordar las hojas que me hundieron
su óxido en el pecho.
Prefiero los restos milagrosos del sol
trepándome los brazos con pinceladas de oro.
El pequeño tiempo se estrella fugaz contra mis venas,
la ciudad está armada diariamente por sus preguntas verdes,
la noche va mordiendo los puentes y las fábricas
los hombres van armando su antiguo itinerario
con el amor cansado sobre el puerto de un ala,
por la vejez del barrio con su perfil de sueños,
de azules barriletes que les riegan los ojos



ARIAS BEATRIZ

La estatua

¡Oh, mujer de los brazos extendidos
y los de mármol ojos tan serenos,
he arrimado mis sienes a tus senos
como una rama en flor sobre dos nidos!

¡Oh, el sentimiento grave que me llena
al no escuchar latir tu carne fría
y saber que la piedra te condena
a no tener latido en ningún día!

¡Oh, diamante arrancado a la cantera,
tu forma llena está de Primavera,
y no tienes olor, ni luz, ni trino!

Tú que nunca podrás cerrar la mano,
tienes, en gesto de cariño humano,
la única mano abierta en mi camino.



Enrique Banchs (Argentina, 1888-1968)

martes, 2 de diciembre de 2008

Gente necesaria


Gente necesaria

Hay gente que con sólo decir una palabra
Enciende las ilusiones y los rosales.
Que con sólo sonreír entre los ojos
Nos invita a viajar por otra zona.
Nos hace recorrer toda la magia.

Hay gente que con sólo dar la mano
Rompe la soledad, pone la mesa,
Sirve el puchero, coloca las guirnaldas
Y con sólo empuñar una guitarra
Hace una sinfonía de entre casa.

Hay gente que con sólo abrir la boca
Llega hasta los limites del alma,
Alimenta una flor, inventa sueños,
Hace cantar el vino en las tinajas...
Y después se queda como si nada.

Hay quien se va de novio con la vida
Desterrando una muerte solitaria,
Pues sabe que a la vuelta de la esquina,
Hay gente que es así, tan necesaria !!!!!

Hamlet Lima Quintana (1923 - 2002)
Poeta, músico, periodista y cantante argentino.